Al pasar el tiempo...

Un día piensas que forjasnuna leyenda. Pasa el tiempo y el universo conspira, cambian las cosas , la uz que antes brillaba cegando la vista, ahorancual luciérnaga en medianoche desmbula entre las sombras.

Cuesta mucho reconocer, que el tiempo es implacable al degustar ilusiones y sueños, distorsionando la realidad, cambiando actores en la escena, trasmutando risas por lamentos en la noche, resplandecientes frivolidades juveniles por deberes insanos impuestos por la autoridad del deber del ser de cierta edad.

La esperanza no mengua, pero sí el ímpetu pueril, los sueños brillantes y alcanzables de una mente soñadora e inmadura.

La edad nos alcanza.

Quienes nos aferramos una recompensa espera. Quienes se deshacen del ancla, a la deriva flotan con los ojos vacíos y pupilas opacadas, tras la zanahoria que nunca alcanzarán.

Seguiremos luchando, seguiremos existiendo, hasta que el último aliento nos abandone. Mientras aire llene los pulmones y se exhale en sueños. Mientras la ilusión de hacer no nos abandone, no abandonaremos la esperanza.

En el camino a la muerte

Oscuro es el sendero, oscuro es el destino. 

Indescriptible es la.sensacion mientras ando tras los pies de grandes hombres y mujeres que forjaron el sendero del conocimiento y el saber. 

Trastabillando voy. Tambaleante sigo la línea del conocimiento, sin entenderlo por completo, pero esforzándome por no decepcionar a los que me han precedido. Caminando tras la tenue luz del razonamiento que se mimetiza a mi entender.

A tientas voy buscando el propio camino, sin encontrarlo. Pero intentando.

Muchas acciones fuera de lugar, fuera de mi tiempo; pero disfrutando cada paso dado.

No puedo describir el presente, mucho menos el futuro. Pero lo que sí sé, es que mi camino, tiene que tomar otro rumbo. Ya voy tarde. Pero nunca es tarde para intentar. Antes de que sea tarde.

Puedo dejar lo que tengo, que es demasiado a lo que merezco. Y hay que aceptarlo, apreciarlo y disfrutarlo o revalorar lo que puede desvanecerse en el olvido.

No se lo que depare el futuro a partir de hoy, pero lo que sí sé, es que lo que ha pasado, lo he disfrutado. Lo he vivido.

La muerte es desconocida, es nueva, me llama.

Atender o desconocer... Esa es la verdadera cuestión.

Diversas formas de morir. Diversas formas d perecer. Diversas formas de respirar con una inspiración dedicada a otro cuadrante, que no es el propio, pero es inherente a uno mismo. Más, o menos beneficioso, según el ángulo que se vea.

Ser o no ser, ese es el dilema. Ser para si, o ser para los más importantes. Ser... Ser...

Lo que claro me queda, es qué, se tiene que aprovechar lo que se tiene y que además se aparecia. Pero hay que dejarlo cuando más valioso es. No, cuando más despreciado se percibe.

Por ello me incluyo en los que sopesan, en los que evalúa , en los que sienten fervientemente que poco tiempo resta para mimetizarse en los seres olvidables, pasivos, que cierran los ojos y se dejan ir. Se dejan olvidar.

Estoy en el punto que sé que se puede hacer un poquito más. Ya sea por ocio o por convicción. O por ego. ¿Que se yo? 

Solo un poco más... Solo un poquito más...

Después, se acabó. A esperar la muerte  entre sonrisas y abrazos de los que se quedan. De los que respiran y lo recordarán a uno.